Los hongos están asociados a diversas
causas de enfermedad, así como en interacciones biológicas y procesos
bioquímicos, por lo cual su identificación es importante no solo en el campo de
la salud, sino también en patologías de plantas, biodeterioro, aplicaciones
biotecnológicas y en investigaciones ambientales. La mayor parte de las especies
de hongos, fueron identificados y clasificados tomando en cuenta solo el
enfoque morfológico (características fenotípicas), no obstante otros grupos
fueron examinados desde diversos aspectos (fisiológicos, bioquímicos,
composición de la pared celular y de proteínas, y técnicas moleculares) debido
a su importancia económica y/o médica (Guarro y col., 1999; Balajee y col.,
2009).
En la sistemática de organismos, por lo general cuando es descubierto un nuevo individuo debe ser descrito bajo los lineamientos aceptados a nivel internacional, el nombre se le asignará bajo el sistema binomial latinizado, propuesto por Carl von Linneo (S. XVII). Dicha sistematización en la clasificación de especies tiene el objetivo de establecer lineamientos con reglas claras y concretas, para evitar y rechazar nombres que causen confusión (Guarro y col., 1999).
La nomenclatura de los grupos biológicos está normada por diversos códigos, la cual depende del tipo de organismo (plantas, bacterias, virus y animales) para el caso de la taxonomía de hongos incluyendo las levaduras, se basa en los lineamientos de la ICBN (International Code of Botanical Nomenclature) (Greuter y col., 1994).
Los hongos se propagan de forma sexual (teleomorfos) y asexual (anamorfos) debido a esto se ha formado una nomenclatura dual para su identificación, la cual está aceptado por la ICBN. Holomorfo es un terminó reservado para aquellos hongos que presentan esporulación teleomórfica y anamórfica al mismo tiempo, un ejemplo de ellos son los zigomicetos. Así mismo es importante señalar que la descripción de los hongos se dio bajo circunstancias desconocidas hasta entonces de la existencia de sus fases sexuales (Gams, 1995; Guarro y col., 1999).
Identificación morfológica
La identificación y clasificación
de los hongos a diferencia de otros microorganismos (bacterias y virus) se ha
basado principalmente sobre criterios morfológicos. La microscopia de luz ha
sido la herramienta más utilizada, con algunas mejoras como la fluorescencia,
citoquímica y el desarrollo de nuevas técnicas de teñido para las estructuras
apicales de las ascas (Guarro y col., 1999).
Por lo general los hongos
cultivados en condiciones de laboratorio solo desarrollan las características
de la fase asexual y en muy raras ocasiones las de la fase teleomorfa. Por lo
cual la identificación de anamorfos se basa principalmente en el tipo de
conidio y procesos de conidiogénesis (Hennebert y Sutton, 1994). Sin embargo
varias características asociados a la fase teleomorfa son útiles para su
identificación y clasificación, por ejemplo el tipo de cuerpo fructificante
(basidiomas, ascomas) y el tipo de ascas (microscópicas y globosas) (Guarro y
col., 1999).
Estudios en la pared celular de
los hongos por microscopia electrónica de transmisión, han permitido
diferenciar los ascomicetos de basidiomicetos. A menudo los detalles en la
superficie de las ascosporas ha facilitado la identificación a nivel de especie
en algunos ascomicetos (De Hoog y Guarro, 1995; Kurtzman y Fell, 1998).
La identificación de hongos,
basado en el enfoque fenotípico siempre ha sido criticada por la falta de una
terminología universal y objetiva, así mismo las características morfológicas
están sujetas a la variación de las condiciones ambientales (Guarro y col.,
1999). Además el sistema dual de clasificación (teleomorfos y anamorfos) basado
en el enfoque fenotípico, no establece una coherente correlación entre las
taxonomías de los ascomicetos y deuteromicetos (Hennebert y Sutton, 1994).
Técnicas bioquímicas de identificación de
hongos
Metabolitos secundarios
Los metabolitos secundarios son compuestos
no esenciales, ni intermediarios clave en el metabolismo del individuo, sin
embargo es posible que desempeñe otro rol en el desarrollo de los hongos. Por
lo general se encuentran como una mezcla de moléculas de estructura química
rara, los más comunes pueden ser esteroides, terpenos, alcaloides,
ciclopéptidos y cumarinas, algunos de éstos compuestos son micotoxinas
(Hawksworth y col.,1995).
Las mejoras en la cromatografía
de capa fina ha permitido identificar de manera más rápida los metabolitos
secundarios, que con las técnicas convencionales (extracción, purificación y
concentración). El perfil de metabolitos secundarios, ha sido útil para la
identificación y clasificación de líquenes, pero el método se ha empleado de
forma reservada en la taxonomía de los Ascomycetes y Basidiomycetes,
debido a que la producción de tales compuestos pueden estar influidos por las
condiciones ambientales, así como por las dificultades que se presentan en la
técnica (Carlile y Watkinson, 1994). Sin embargo, su potencial se ha demostrado
en estudios realizados en los órdenes Eurotiales y Xylariales
(phylum Ascomycota), las especies pueden ser identificadas sobre la
base de sus perfiles de metabolitos (Frisvad, 1994; Whalley y Edwards, 1995).
Ubiquinonas
Además de los metabolitos
secundarios, en taxonomía de hongos también se han utilizado otros compuestos
que desempeñan un rol esencial en el metabolismo, como es el caso de las
ubiquinonas (coenzima Q), éstos compuestos desempeñan un papel importante en la
cadena del transporte de electrones del sistema respiratorio (Carlile y
Watkinson, 1994). Se sabe que el número de isoprenos adheridas al núcleo de la
quinona es variable, y tales diferencias se emplean para la clasificación
(género y subgénero) en levaduras; sin embargo para las levaduras negras y
hongos filamentosos el método se ha utilizado de forma limitada (Yaguchi y
col., 1996) debido a que las conclusiones basadas solo en el sistema de
ubiquinona son debatibles, así mismo dependiendo del método utilizado es
posible obtener diferente conjuntos de datos (Samson, 1991).
Composición de ácidos grasos
La composición de ácidos grasos
celulares, se emplea rutinariamente en la taxonomía bacteriana. El tipo de
ácido graso y su concentración relativa son las características que se utilizan
para la separación de taxones, éstas técnicas raramente se empleaban en hongos,
sin embargo algunos ácidos grasos son producidos por hongos y no por las
bacterias (Veys y col., 1989). Estos análisis se utilizan cada vez más en la
taxonomía de hongos (Stahl y Klug, 1996).
La cromatografía de gases, en
combinación con los métodos de análisis multivariado, se ha empleado con éxito
en estudios de ácidos grasos en hongos filamentosos, incluyendo Oomycetes,
Zygomycetes, Basidiomycetes, además de mycelia sterilia. Sin
embargo, los aspectos técnicos del procedimiento deben ser estandarizados y
controlados para minimizar las fuentes de variación debido a que pueden influir
en los resultados; entre los factores más importantes a ser normalizados son
las condiciones de cultivo y la temperatura (Stahl y Klug, 1996).
Composición de la pared celular
Estudios en la pared celular de
los hongos, han demostrado diferencias en su estructura y composición, lo cual
se ha utilizado para definir taxa superiores. La celulosa es un
componente particular de la fracción alcalino-soluble en Oomycetes,
por el contrario en Ascomycetesy Basidiomycetes contienen
quitina y glucano en estas fracciones, y en Zygomycetes se presentan
el quitosano y el ácido poliglucorónico. Así mismo variaciones significativas
en la composición de azúcares de la pared celular se han observado en géneros
de dermatofitos (Guarro y col., 1993). La presencia o ausencia y la diferencia
en cantidad de algunos polisacáridos como la glucosa, manosa, fucosa,
galactosa, ramnosa y xilosa son característica que se han empleado en la
clasificación de hongos (Carlile y Watkinson, 1994).
Composición proteica
Los patrones de isoenzimas
(zimogramas) han permitido diferenciar especies y establecer relaciones
generales (Murphy y col., 1990). La secuenciación de proteínas y los
métodos inmunológicos también se utilizan para la caracterización
interespecífica debido a su adecuada resolución (Kohn, 1992). El empleo de los
zimogramas se considera una técnica económica y práctica para la detección de
especies en grandes poblaciones; las aloenzimas (isoenzima alélica) son
generalmente utilizadas en estudios filogenéticos (Kohn, 1992)
Técnicas moleculares-técnicas
basadas en PCR
La reacción en cadena de la
polimerasa o PCR (Polymerase Chain Reaction) es una tecnología que
consiste en amplificar in vitro fragmentos específicos de ADN, con la
finalidad de detectar una secuencia o gen de interés en el genoma de un
organismo. En 1985 Kary B. Mullis patentó y público su invención (PCR), desde
la fecha se ha empleado con éxito en diferentes campos del conocimiento como en
la medicina, biología, agronomía, áreas forense y taxonomía (Dale y
von-Schantz, 2007).
La PCR consiste en tres pasos
esenciales:
a) Desnaturalización del ADN, sirve para separar
por temperatura (94°C) el ADN de doble cadena a moléculas de cadena sencilla,
que servirán de molde para la síntesis de los fragmentos.
b) Alineamiento,
la temperatura se reduce para permitir el reconocimiento de los oligonucleótidos
a las cadenas moldes, la temperatura optima de alineamiento pude variar desde
los 40 a 65 °C, y dependerá de las características de los oligonucleótidos (su
longitud, composición de bases nitrogenadas y especificidad).
c) Extensión,
el ADN polimerasa producirá la cadena de ADN complementaria a partir de los
oligonucleótidos unidos a las cadenas moldes, la temperatura de extensión
optima es aproximadamente a 72°C; la enzima ADN Taq polimerasa agrega
aproximadamente 1000 bases por minuto. Estos pasos (ciclo) se repiten las veces
que sea necesario, para obtener de manera exponencial el fragmento de interés
(en 30 a 40 ciclos se acumula alrededor de 106 a 108 moléculas) a partir de la
muestra de ADN (Dale y von-Schantz, 2007; Valdez y Kahl, 2005).
Los procesos de replicación de
ADN tienen alta fidelidad, sin embargo el genoma de los hongos es dinámico, en
la cual pueden ocurrir eventos de sustitución, inserción, deleción,
transposición, rearreglos en regiones génicas o en cromosomas, movimiento de
genes desde los orgánulos hacia el núcleo, así como la adquisición de elementos
génicos de otros organismos. Por lo tanto el genoma de los hongos presenta
varias regiones de ADN cuyas características pueden ser analizadas en cualquier
especie fúngica, para lo cual se han desarrollado diversas técnicas (a menudo
con desconcertante siglas) para estudiar la variación genética de los
organismos incluyendo los hongos (Piercey-Normore y Egger, 2001).
muchas gracias,me ayudaron mucho con mi tarea de Biología nwn ❤
ResponderEliminarPuto el que lo lea
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